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Clemente Heredero, Fundador y presidente de Aprosuba-14.
«Los padres tenemos la obligación de luchar y tirar del carro cuando tenemos un hijo dependiente»

«Los padres tenemos la obligación de luchar y tirar del carro cuando tenemos un hijo dependiente»

Clemente Heredero es un referente en el voluntariado social de Olivenza, pues preside Aprosuba-14 desde su fundación y desde esta entidad trabaja día a día para mejorar las condiciones de las personas dependientes de la ciudad y el resto de la comarca

juan miguel méndez peña

Lunes, 12 de marzo 2018, 00:47

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Clemente Heredero Márquez (Olivenza, 26 de mayo de 1943) es el presidente de la Asociación Protectora de Personas con Minusvalía Psíquica de la comarca de Olivenza, Aprosuba 14, desde el momento de su fundación. La entidad, que viene desarrollando su labor desde 1994, fue declarada como organización de utilidad pública en el año 2006. Clemente Heredero emigró muy joven a Madrid y se casó en Olivenza con María Cristina Martínez Carretas y tuvo tres hijos: Eduardo, José Antonio y María Linda. En la capital de España trabajó en varios oficios, pero terminó dedicándose al mundo de los negocios inmobiliarios. Retornó con su familia a Olivenza, donde en las últimas dos décadas se ha estado volcando en la gestión y representación de Aprosuba-14, especialmente desde que se jubiló.

- Emigraste muy joven a Madrid. ¿Cómo te desenvolviste en la gran ciudad proviniendo en aquellos años del mundo rural extremeño?

- Efectivamente, emigré a Madrid con 21 años, y llegué con los brazos caídos, derrotado, la boca abierta, asustado y los ojos como platos que, en realidad eran como radares. Empecé a trabajar de peón de albañil en la primera semana. Los domingos los dedicaba a conocer Madrid con una guía y un cuaderno en la mano. A los once meses comencé trabajar como chófer para el director general de un banco y allí trabajé durante 20 años, de los cuales 14 fueron como chófer y 6 en las oficinas de la entidad bancaria.

- ¿Cómo empezó a involucrarse en la defensa de los derechos del colectivo de discapacitados?

- El 20 de junio de 1970 nació mi hija María Linda. La atención que recibió mi mujer en el parto fue pésima y, como consecuencia de ello, se produjeron unas lesiones a nuestra hija en el cerebro que le provocaron una discapacidad psíquica. Teniendo Linda tan solo dos años se nos encendieron todas las

alarmas porque detectamos problemas para la marcha y el lenguaje; fue en este momento cuando nos pusimos en las manos del reconocido doctor Castroviejo en Medicina especialista en lesiones cerebrales. Durante dos años le realizó innumerables pruebas médicas y el resultado nos dio como diagnóstico la discapacidad intelectual que presenta mi hija. El doctor nos recomendó que Linda debía recibir atención en un centro de educación especial, así que en aquellos momentos se escolarizó en un centro de pago con una cuantía mensual de 30.000 pesetas, permaneciendo mi hija en este centro durante dos años. Por aquellas fechas mi sueldo era de 28.000 pesetas, así que ¿cómo iba a conseguir pagar las cuotas del colegio de mi hija? Pues en principio contamos con una beca que mis compañeros pidieron para ayudarme de 90.000 pesetas u otra beca del Estado de 60.000 pesetas. Hoy que ya no trabajo en el banco puedo decir que hace 33 años ganaba 28.000 pesetas al mes, que contaba con 11 pagas extraordinarias y así fue cómo conseguimos que la niña estuviera en un centro los dos primeros años.

- Y allí en Madrid trataste hasta con el mismísimo alcalde Enrique Tierno Galván. ¿Qué fue lo que más te marcó de él?

- Con posterioridad conseguimos que Linda se escolarizase en un centro de educación especial de gestión municipal, en concreto en el 'Mejía Lequerica'. Comencé a formar parte de la junta directiva tuve la enorme suerte de que el presidente de la Asociación, un padre afectado, mi inolvidable amigo Vítor, tenía contacto directo con el profesor Tierno Galván. Fue tal la movida en aquellos años en el colectivo de personas con discapacidad, que el profesor Tierno Galván, siendo ya alcalde, en tres o cuatro ocasiones le llamó para que fuésemos a manifestarnos todos ante la Casa la Villa (sede del ayuntamiento de Madrid), pidiéndonos que cuanto más fuéramos y ruido diéramos, muchísimo mejor para nuestras reivindicaciones. Esas manifestaciones siempre se celebraban en día de plenos municipales y cuanto más animados estábamos Tierno hacía un descanso en el pleno y todos los concejales con el alcalde a la cabeza salían al balcón y aquello se convertía en una locura. ¿Y qué conseguíamos en aquella fecha? Pues conseguimos centros para todos los niños y niñas que tenían algún tipo de discapacidad, fue una época inolvidable.

- Y esa vocación por el voluntariado social la mantuviste desde entonces...

- Por la problemática de mi hija, ya que me considero un padre reivindicativo que lucho por los derechos y el bienestar de las personas con discapacidad. Bien es cierto, que cuando unos padres tenemos un hijo con problemas nos hundimos pero, en cambio, también hay un grupo de padres que nos revelamos ante ésta situación y salimos para adelante. Tenemos la obligación moral de tirar del carro.

- ¿Cuáles fueron los primeros pasos para poner en marcha Aprosuba 14 en Olivenza? ¿Cómo fueron los inicios?

- A mediados de agosto de 1994 fui a ver a don Ramón Rocha, que en aquellos años era alcalde Olivenza. Directamente le propuse mi deseo de fundar una asociación y le pregunté que si él estaba dispuesto a apoyarme; su respuesta, como no podía ser de otra manera viniendo de él, fue un rotundo sí, ofreciéndose para que contase con él para lo que hiciera falta. Finalizada la reunión fui a buscar a Valeriano Dordio y le informé de mi conversación con el alcalde; le alegró enormemente la idea y desde ese momento me acompañó a realizar esta propuesta a otros padres como Narciso Olivera, el cual recibió la noticia también de buen grado. A partir de entonces, como yo vivía en Madrid y eran los fines de semana que me venía al pueblo, los domingos nos reuniamos los tres y visitábamos a otros familiares para que se unieran a nuestra causa, asi el día 16 de noviembre de 1994 se celebró la asamblea constituyente. Finalizada dicha asamblea Ramón Rocha nos comunicó que nos cedía un aula en la Universidad Popular para reunirnos. Tras la primera asamblea, siete u ocho personas, entre ellas don Luis Miguel Fernández Giralt, que fue Presidente de APROSUBA-3 de Badajoz, nos trasladamos al Hotel Heredero; allí Fernández Giralt se llevó la mano al bolsillo y sacó un billete de 10.000 pesetas y me dijo «toma, Clemente, éstas son las primeras 10.000 pesetas de

APROSUBA-14». Guardé las 10.000 pesetas y me juramenté que sacaría adelante la Asociación sin gastármelas; porque 30 años antes mi madre me dio 1.000 pesetas para irme a Madrid y me las gasté enseguida. El billete a día de hoy aún lo conservo en mi casa, pero, no es mío, es de APROSUBA. A los nueve meses me llamó a Madrid Ramón Rocha y me pidió que cuando llegara al pueblo me pasase por su despacho; así lo hice y me acompañó hasta la Residencia de Mayores 'Virgen de Guadalupe' para mostrarme un local que había sido un taller y me comunicó que nos los cedería para nuestras actividades; pero las obras de reforma y adaptación correría a cargo de nuestra entidad. Nos gastamos un total de 1.500.000 pesetas en hacer los baños, la oficina y el almacén, siendo la obra realizada por el Lili, que en paz descanse. Alli estuvimos trabajando hasta que principios del año 2000, cuando Guillermo Fernández Vara, consejero de Bienestar Social de la Junta de Extremadura, nos hizo el Centro que en la actualidad ocupamos, siendo inaugurado en 2004.

- En abril de 2017 HOY se hizo eco de vuestra reivindicación de un centro residencial para usuarios en Olivenza. ¿Cómo van los trámites? ¿Se ha conseguido algo?

- En la actualidad tenemos 20 usuarios huérfanos, y por eso creemos que es de justicia comunicarles a los padres y familiares de nuestros usuarios que estamos haciendo gestiones que se encuentran ya muy avanzadas y con perspectivas increíbles de que sea una realidad dentro de pocos meses, permítanme que no pueda dar más detalles, pero tienen mi palabra de que tenemos muy buenas esperanzas de conseguir nuestro centro residencial en Olivenza a corto-medio.

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