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Clarisa Velo, directora del Hogar, flanqueada por las voluntarias María Luisa García (izquierda) y Emilia Acosta (derecha).
El Instituto Secular Hogar de Nazaret, una institución oliventina con sello de mujer

El Instituto Secular Hogar de Nazaret, una institución oliventina con sello de mujer

Desde su fundación, la mujer siempre ha sido la protagonista de la labor carismática y pastoral que ha desempeñado

JUAN MIGUEL MÉNDEZ PEÑA

Domingo, 27 de mayo 2018, 10:23

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El Instituto Secular 'Hogar de Nazaret' es una de las instituciones de referencia en Olivenza. Fundada en la localidad de Ribera del Fresno en la Navidad de 1935 por el que luego fuera párroco de Olivenza, el Venerable Luis Zambrano Blanco, tuvo a la ribereña María Gragera Vargas-Zúñiga (1910-2008) como primer miembro consagrado del Instituto.

El Hogar de Nazaret nació como herramienta para ayudar en la vida de las parroquias, tanto en lo referente a la vida pastoral (ayudando en catequesis a los sacerdotes o asistiendo a los enfermos) como en el cuidado de los templos y además, para la atención a los jóvenes y los niños, especialmente en los centros educativos o a través de comedores sociales. En Ribera del Fresno, pues, en la actualidad trabaja en todos esos ámbitos y, también con ancianos, en el mundo de la docencia en centros educativos y con discapacitados psíquicos en el colegio de la Luz y en la Casa de la Providencia.

Posteriormente, con el sacerdote Luis Zambrano y María Gragera de la mano, el Hogar de Nazaret se extendió a otras localidades de la diócesis pacense, incluso, fuera de ella: Lobón, Almendral, Badajoz, Salamanca, La Coruña, Santiago de Compostela, Lérida, Brozas, Cáceres y, por supuesto, Olivenza, donde aún hoy desarrolla su labor.

Su actual directora, Clarisa Velo Pensado, llegó a Olivenza desde su Coristanco natal (cerca de Finisterre, Galicia), con la profunda vocación de servir y ejercer su vida consagrada a la labor pastoral que desarrolla el Hogar de Nazaret. Y es que la entidad también se caracteriza por ser un Instituto Secular femenino, es decir, formado por mujeres consagradas seculares que por vocación aspiran «a vivir la perfección evangélica y la entrega total a la evangelización, en el entramado de la sociedad, realizando una labor pastoral a pie de calle», declara la propia Clarisa Velo.

La misión del Hogar se focaliza en el ámbito parroquial, a través de la animación litúrgica, la preparación del templo, la catequesis y pastoral juvenil, así como en la asistencia a la labor sacerdotal de los párrocos que operan en Olivenza. También tiene por bandera el servicio a los más pobres y necesitados: discapacitados intelectuales, marginados sociales o inmigrantes. Y, por supuesto, también desarrolla una labor en el ámbito educativo y de la formación cristiana en escuelas, talleres, colegios, centros ocupacionales, pisos tutelados, etc.

Miembros cooperadores

En la actualidad, también forman parte activa del Hogar Fernanda Blasco Mendoza, ligada a la institución desde su fundación en Olivenza, quien a sus 94 años se dedica incansablemente a visitar y acompañar a enfermos y ancianos. Fernanda Blasco, que también es conocida, entre otras cosas, por ser testigo del conocido Milagro del Arroz ocurrido en la ciudad hace casi 70 años, desarrolló su labor como docente durante décadas en las Escuelas Parroquiales del Sagrado Corazón desde que las pusiera en marcha don José Hidalgo Marcos, y también ha sido uno de los puntales del Hogar de Nazaret creado por el también párroco de entonces don Luis Zambrano Blanco.

Además de Blasco, también colaboran desde hace muchos años como voluntarias las oliventinas María Luisa García Martínez y Emilia Acosta Ramallo, quienes ayudan en la labor pastoral del Instituto Secular. El Hogar de Nazaret, que además de en la ciudad, también desarrolló su labor parroquial en todas sus pedanías, actualmente sólo trabajan en la aldea de San Benito de la Contienda, ya que al haber poco personal voluntario no pueden llegar al resto de aldeas como antaño.

«Al Instituto pueden asociarse otros miembros cooperadores en sentido amplio, con la finalidad de vivir la espiritualidad del Hogar y colaborar en el apostolado: seglares comprometidos, hombres y mujeres, matrimonios, adultos y jóvenes», especifica Clarisa Velo, que a la vez lamenta la escasez de vocaciones para entrar en una vida consagrada en sociedad y a pie de calle, que en absoluto tiene que ver con la que viven monjas y frailes en los conventos.

«Como consagradas seculares, cada una puede desempeñar su profesión y tarea en cualquier ámbito de la sociedad y colaborar en las parroquias y realidades eclesiales, de acuerdo con el modo de vida secular», se especifica también en la página web de la institución.

Estas mujeres de Olivenza constituyen, pues, la piedra angular de una institución eclesiástica que con su labor discreta y abnegada trabaja para la transformación del mundo, actuando dentro de él y en su realidad más inmediata.

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