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Fachada del Museo Etnográfico Extremeño con el cartel conmemorativo del 25 aniversario.
25 años incrementando emociones en un museo creado por el pueblo

25 años incrementando emociones en un museo creado por el pueblo

El Museo Etnográfico Extremeño González Santana celebra hoy las Bodas de Plata de la ampliación que llevó a la institución a mostrarse como actualmente se conoce

Eva María Nevado

Martes, 12 de julio 2016, 08:40

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Corría el año 1980 cuando las dependencias del Castillo de Olivenza, recién abandonado su uso como cárcel y adquiridas por el Ayuntamiento como instalaciones municipales, se sumaban a los espacios expositivos que dentro de la iniciativa Semana de Extremadura en la Escuela buscaban acercar al alumnado a su identidad regional.

Ese acontecimiento constituyó el punto de partida de un proyecto de museo etnográfico que comenzaría a tomar forma en el año 1982 y que ocho años más tarde, con la compra del edificio conocido como la Panadería del Rey, experimentaría una ampliación inaugurada el 12 de julio de 1991, fecha de la que hoy se cumplen 25 años.

Impulsadas por el entonces alcalde Ramón Rocha Maqueda, en colaboración con el coleccionista oliventino Francisco González Santana, junto a quienes también trabajaron Fernanda Blasco, Rita Asensio, María del Carmen Marvá y, un jovencísimo, Luis Alfonso Limpo, quien fuera años más tarde segundo director del museo, comenzaron en 1982, tras la celebración de las Jornadas Internacionales de Estudio de la Ciudad Histórica, las labores para implicar a todo el pueblo en el que se convertiría en el primer museo etnográfico de la región.

El reparto de octavillas en las que se animaba a los vecinos a colaborar donando piezas para la institución, con una excelente respuesta; los cientos de objetos que González Santana, coleccionista desde su juventud, aportó a la institución o los contactos que Rocha y González realizaron y que les llevaron incluso a Lisboa para conseguir piezas relacionadas con Olivenza, fueron algunas de las acciones iniciales para dotar de contenido al recién creado museo.

González Santana, primer director del Museo Etnográfico Extremeño que lleva su nombre, recuerda para HOY Olivenza como durante 15 años se organizaba una exposición, con motivo de las Ferias y Fiestas de la ciudad, en la que los coleccionistas oliventinos mostraban piezas de todo tipo.

Estas exposiciones llegaron a contar en algunas ediciones con más de 40 participantes que en ocasiones al término de la convocatoria decidían donar piezas para la colección permanente de un museo conocido inicialmente como Museo Municipal de Olivenza.

La colaboración de estos expositores y la implicación de la ciudadanía en dotar de contenido a una institución que rápidamente se asumió como propia son para Ramón Rocha «la grandeza de este museo». La confianza del pueblo, la labor de sus promotores y el trabajo del Grupo de Apoyo al Museo de Olivenza (GAMO) sentaron las bases de lo que hoy es, recuerda.

El GAMO, formado inicialmente por Herminia Carvallo, Jose Luis Rodríguez de la Paz, María del Carmen Alvero, Norberto Gutiérrez y Pedro Barbero, y al que después se unieron Jose Andrés Caído y Julio Antúnez, era un grupo de jóvenes, voluntarios en sus inicios y con una actividad reglada posteriormente, que en 1982 se sumaron al proyecto de museo etnográfico que entonces arrancaba.

Con poca experiencia pero gran voluntad estos siete jóvenes iniciaron una actividad que hoy aseguran que repetirían sin pensarlo y que les convirtió en los primeros referentes para los turistas que entonces comenzaban a llegar a la localidad, ya que además de ser los encargados de mantener abierta la exposición del museo, los fines de semana de todo el año y a diario en el mes de agosto, también realizaban visitas a las iglesias oliventinas.

Tomando como base los datos que aparecían en un libro de Alfonso Franco Silva y superando la vergüenza inicial de hablar en público, este grupo fue desarrollando un trabajo que también incluía el mantenimiento y cuidado de las piezas «de la mejor forma posible y sin ser expertos», como ellos recuerdan.

Las visitas de ilustres turistas como Leopoldo Calvo Sotelo o Alfonso Guerra, los momentos compartidos en torno a una camilla esperando la llegada de visitantes al museo, algunas curiosas donaciones que recepcionaban o la competencia entre vecinos por ser quienes más piezas donaran son algunos de los recuerdos que hoy esbozan una sonrisa en aquellos componentes del GAMO.

La implicación de ciudadanía, trabajadores y representantes políticos hizo crecer un proyecto que el 12 de julio de 1991 viviría un momento esencial de su historia con la inauguración de una ampliación que duplicaba el espacio expositivo del ya Museo Municipal González Santana, y que hoy será recordada con diversos actos conmemorativos.

Transcurridos 25 años desde esa ampliación que supondría un impulso definitivo para el primer museo etnográfico de la región, este emblema cultural de Olivenza se ha convertido en un referente en Extremadura pero también fuera de ella, como señala su actual director, Miguel Ángel Vallecillo.

Con un fondo de más de 15.000 piezas, continuas donaciones y cesiones y 28 salas, el Museo Etnográfico Extremeño González Santana avanza con los tiempos y, lejos de ser un espacio estático, ofrece al visitante una dinámica programación de exposiciones temporales, así como talleres didácticos que acercan a la historia que existe detrás de sus piezas.

En ese deseo de avanzar existen ya nuevos proyectos como las visitas accesibles para personas con discapacidad visual o la creación de una sala específica dedicada a la Historia de Olivenza, avanza Vallecillo. Estas y otras iniciativas son apuestas de este emblemacultural de la ciudad y referente etnográfico regional para seguir creando emociones durante muchos años más.

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