Eva María Nevado
Martes, 30 de agosto 2016, 14:38
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«Un, dos, tres y pie atrás, mano arriba al ritmo de la música y cambio de pareja»; estos eran los sonidos que el pasado sábado se podían escuchar en la Casa de la Cultura de Olivenza desde las 10.30 horas de la mañana, momento en el que comenzaron los talleres con los que arrancaba la novena edición del Festival de Baile Al Son, un evento que en su show nocturno logró de nuevo reunir a más de un millar de personas.
Un año más Al Son convirtió el pasado sábado a Olivenza en sede de una jornada de convivencia y espectáculo alrededor del mundo del baile, con la participación de los componentes de esta Asociación Cultural para la Promoción y Difusión del Baile, reconocidos invitados llegados de diversos puntos de España y Portugal y personas anónimas que quisieron participar en los talleres ofertados.
De la mano de Joelson, Noemí, Pedro y Martha en Kizomba; Javi, Bea, Mario y Eli en Salsa; y Kike, Fania, Jose Manuel y Carolina en Bachata, se desarrollaron durante la mañana y la tarde unos talleres de baile, interrumpidos solo por una comida de convivencia, que congregaron a casi un centenar de personas para disfrutar en torno a una pasión que algunos mostraban en la ejecución y otros incluso en sus tatuajes.
Y tras una intensa jornada llegó uno de los momentos más esperados de cada año, el show nocturno en el que profesionales y aficionados muestran el fruto de meses de trabajo. A un año de su décimo aniversario el Festival de Baile Al Son consiguió de nuevo llenar el Auditorio Municipal de Olivenza, superando el millar de asistentes.
Con Castor Álvaro y Andrea Caído como maestros de ceremonias comenzó un espectáculo cuya apertura no pudo ser más oliventina, ya que arrancó con una actuación de las chicas del grupo adulto de Al Son acompañadas a la música y las voces por el grupo musical local Flaméncoli.
Una animada apertura dio paso a un show en el que se fueron alternando las intervenciones de las parejas invitadas, ya citadas como monitores en los talleres, con las de los grupos de diversas edades de Al Son -despertando como es habitual las más pequeñas los mayores aplausos- y a las que se sumaron las de Jesús y Sandra, Barto y Macu y la colorida y animada formación Al Compás, desde Puebla de la Calzada, así como los sevillanos Antonio y Rocío.
El grupo de adultos de Al Son cerró un programa de actuaciones que concluyó con una sorpresa en forma de ramos de flores para Vero y Sandra, monitoras de las más pequeñas de Al Son, entregados por sus alumnas y las madres de estas, antes del saludo final y coreografía en grupo de todos los participantes en una edición que se cierra planeando ya un décimo aniversario que promete ser muy especial.
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