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Tradicional bendición de los campos en el Domingo de Resurrección de Olivenza.
Una Semana Santa española con claras reminiscencias portuguesas

Una Semana Santa española con claras reminiscencias portuguesas

El Jueves Santo tuvo lugar la procesión de las Banderas de la Misericordia y la del Descendimiento. Los Santos Entierros del Viernes, la procesión del Silencio, la Vigilia Pascual y la bendición de los campos el Domingo de Resurrección completaron la Semana Santa oliventina, que aspirará al título de Fiesta de Interés Turístico Regional.

JUAN MIGUEL MÉNDEZ PEÑA

Lunes, 17 de abril 2017, 01:47

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El pasado portugués de Olivenza está más presente que nunca. Y su Semana Santa es una de las manifestaciones en que lo evidencia. Si la procesión de los passos en honor al Patrón de la ciudad celebrada el Domingo de Pasión, previo al de Ramos, tiene una clara raigambre lusa, no la tiene menos la tradicional Procesión de las Banderas (las bandeiras en portugués) que organiza la Hermandad de Nuestra Señora de la Misericordia que desde su fundación en el año 1501 convierte a su Santa Casa y la Capilla del Espíritu Santo en centro neurálgico de los cultos de cada Jueves Santo.

Tras las preceptivas misas en conmemoración de la Cena del Señor en varios templos de la ciudad el Jueves Santo, a la caída de la tarde tuvo lugar esta bella tradición de la Hermandad que actualmente cuenta con 170 miembros. Ataviados con la hopa o capa negra portuguesa los hermanos del cortejo fueron saliendo de la capilla del Espíritu Santo portando diez banderas o estandartes que en realidad son lienzos de principios del siglo XVIII que representan la Pasión y Muerte de Jesucristo, salvo dos que tienen como motivo a la Virgen de la Misericordia, una imagen mariana que representa a la Virgen María cobijando bajo su manto a todo el pueblo portugués de aquella época (y ahora español).

El recorrido, que discurrió también por la barriada de La Farrapa y contó con el acompañamiento musical de la banda de música de La Filarmónica de Olivenza, fue encabezado por un hermano que porta el Cristo del Consistorio, una bella imagen del Crucificado tallada en 1818 por el escultor real portugués Joaquim Joze de Barros.

Viernes Santo

La madrugada del Jueves al Viernes Santo tiene también como referencia la procesión del Santísimo Cristo del Descendimiento, talla policromada realizada en 1999 por Miguel Ángel Domínguez Velázquez acompañada en el paso por Santa María Magdalena, imagen anónima. Cargada por 28 costaleros a las órdenes de los capataces Arturo del Moral Valerio y Manuel Vidigal Rodríguez, sólo lleva el sonido de dos timbales destemplado y una matraca como acompañamiento musical. La Cofradía del Descendimiento, que acaba de cumplir 65 años de su fundación, cuenta actualmente con 460 hermanos, teniendo sus nazarenos como indumentaria una túnica blanca y un capuz negro.

La Hermandad de Nuestra Señora María Santísima de la Soledad también llevó bajo palio a su imagen titular, portada por 30 costaleros a las órdenes de los capataces Juan Jaramillo Figueredo y José Juan Gil Ferrera. Fundada en 1948, actualmente cuenta con 450 hermanas que en la procesión suelen ir ataviadas de negro riguroso y la tradicional mantilla española.

La procesión discurrió en un silencio sobrecogedor sólo roto por las órdenes de sendos capataces, el sonido del timbal destemplado que encabezaba el cortejo penitencial, los pasos de los costaleros y el chirriar de las varas metálicas del palio de la Virgen. Un silencio contagioso y un ambiente de recogimiento y penitencia que invitó a quienes presenciaron el recorrido a reflexionar también sobre el sentido de la Semana Santa más allá de la manifestación cultural y el valor etnográfico de las procesiones.

Santos Entierros

En Olivenza también se celebra el Santo Entierro dos veces: una con la procesión de la Hermandad de la Misericordia, con un féretro portado por cuatro hermanos bajo palio y el guión y la bandera de la Virgen de la Misericordia, con La Filarmónica amenizando; la otra organizada por la Real Archicofradía de Nuestro Señor Jesús de los Pasos con la colaboración del resto de hermandades y en la que salen cuatro pasos: el del Túmulo con la imagen de Cristo Yacente, una talla anónima portada por costaleros de la Real Archicofradía; el trono de San Juan, imagen anónima del siglo XX cargada por la Cofradía de Jesús Nazareno o de Los Obreros; paso el de la Exaltación de la Santa Cruz, a cargo de la Cofradía del Descendimiento; y el de la Virgen de la Soledad, bajo palio, por la Hermandad del mismo nombre. La Hermandad de Los Coloraos también estuvo presente portando su Bandera de Sangre durante en el recorrido, que estuvo amenizado por la Banda de Tambores de la Hermandad de Los Obreros y por la Sociedad La Filarmónica de Olivenza.

A la caída de la tarde, en concreto a las 20:45 horas, se abrieron las puertas de la iglesia de Santa María Magdalena, donde se colocó un estandarte negro en la puerta en señal de duelo y se vuelven a cerrar las puertas. A las 21:00 horas, con puntualidad británica, vuelven a abrirse las puertas para iniciarse uno de los momentos más importantes del día: el inicio de la procesión con la salida del penitente, de la Guardia Civil, del Arruchao (ropaje o estandarte negro llevado por el suelo por un cofrade que representa las vestiduras desgarradas de Cristo) y de la panderinha, mujer que representa a la Verónica y cuyo canto inicial también es una de las tradiciones más típicas de Olivenza en este tiempo.

El recorrido del Santo Entierro transcurrió a lo largo de tres horas y una vez vuelto a la iglesia, se depositó la imagen del Cristo Yacente en el interior de un arcón que simboliza su sepultura.

Tradiciones portuguesas

Pasada la medianoche del Viernes al Sábado Santo, tuvo lugar la procesión del Silencio, desde la iglesia de San Francisco, con la Virgen de los Dolores portada por hermanos de la Cofradía de Los Obreros.

Ya por la noche, el sábado tuvo lugar la Vigilia Pascual en la plazuela de la Magdalena, con la bendición del fuego y posterior recorrido hasta la iglesia de Santa María del Castillo.

El domingo, al mediodía, se celebró solemne eucaristía en la iglesia de Santa María del Castillo, siendo posteriormente la procesión sacramental y la bendición de los campos, otra tradición con reminiscencias portuguesas de esta Semana Santa que el Domingo de Resurrección sustituye a las típicas procesiones de encuentros existentes en los municipios de alrededor.

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