Espectáculo y compañerismo en la exhibición de fin de curso de la Escuela de Gimnasia Rítmica

Con un desfile de todos los grupos, ejercicios de precalentamiento y otros acrobáticos comenzaba este domingo la exhibición de fin de curso de la Escuela Municipal de Gimnasia Rítmica de Olivenza, que ha reunido a sus 82 alumnas, excepto alguna baja por enfermedad, y sus familias en el Pabellón Deportivo Municipal.

El grupo de iniciación, con alumnas de tres y cuatro años abrió la tanda de exhibiciones con su coreografía al ritmo de El Príncipe Azul. Concluida esta se fueron sucediendo las de los diferentes grupos de la Escuela de Gimnasia, que se alternaban con algunas individuales y las del grupo de acrosport dens.

Diversos estilos musicales y distintos niveles de complejidad se pudieron ver en unas exhibiciones que mostraron el resultado de un intenso trabajo a lo largo de todo el curso. Al término de cada coreografía, las más de 80 gimnastas y el único chico del grupo se fundían en un abrazo con su monitora y responsable de la escuela, Sandra Cárceles.

Las actuaciones permitieron además comprobar el cariño y respeto entre compañeras al arropar todas a una gimnasta cuyos pequeños fallos con el aro la hicieron derrumbarse pero encontrar en su monitora y compañeras el abrazo que le dio fuerzas para repetir su intervención con un excelente resultado.

Terminadas las coreografías grupales e individuales, todas las alumnas de gimnasia rítmica se unieron de nuevo en la pista, con Sandra Cárceles y su colaboradora Patricia, para realizar nuevos ejercicios y varias coreografías unidas al ritmo del can-can.

Las chicas de acrosport dens cerraron el turno de coreografías antes de que alumnas y monitoras de una de las escuelas deportiva más numerosas de la ciudad invitaran al numeroso público presente a moverse al ritmo del conocido Pajaritos a bailar.

Con este baile concluyó la exhibición y comenzó la entrega de un detalle en forma de dulces por parte del alcalde de Olivenza, Manuel J. González Andrade, y de una medalla-galleta, decorada con las letras G.R. con la que Sandra Cárceles obsequió a cada gimnasta.