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Juanma González, en el despacho de la biblioteca pública municipal 'Francisco de Peñaranda' de Barcarrota que dirige, posa con los principales galardones de fomento de la lectura que ha cosechado en la última década. J.M.M.P.
«Una biblioteca debe ser un lugar dinámico, no puede ser un cementerio de libros»

«Una biblioteca debe ser un lugar dinámico, no puede ser un cementerio de libros»

JUAN MARÍA GONZÁLEZ ANTÚNEZ, oliventino y bibliotecario en Barcarrota ·

Apasionado de los libros y de que la gente lea, acogió unas jornadas sobre su paisano Manuel Pacheco coincidiendo con su centenario y con que la madre del poeta era barcarroteña

Miércoles, 2 de diciembre 2020, 21:46

Los fastos por el centenario del poeta oliventino Manuel Pacheco Conejo (1920-1998) han llegado hasta el pueblo natal de su madre, Barcarrota, donde otro oliventino, Juan María González Antúnez (Olivenza, 9 de agosto de 1978), ha sido uno de los promotores de unas jornadas sobre el centenario. Casado con una barcarroteña y padre de dos hijos, Juanma González es diplomado en Biblioteconomía y Documentación por la Universidad de Extremadura y dirige desde hace 12 años la Biblioteca Pública Municipal 'Francisco de Peñaranda' de Barcarrota, que acaba de ganar un nuevo Premio 'María Moliner' del Ministerio de Cultura por sus actividades de promoción de la lectura.

−¿Qué hace un oliventino como usted en un pueblo como Barcarrota?

−Hace ya 15 años fijé en Barcarrota mi residencia al conocer a Purificación, la que hoy es mi mujer, y con la que llevo casi 7 años casado, con la intención de formar una familia, y fue con este pueblo casi un flechazo a primera vista. Pueblo noble, hospitalario en el que enseguida hice muchos amigos y en el que nunca me faltó el trabajo y cuando he tenido oportunidad de trabajar directamente para él, lo he hecho al 100% dándolo todo, ya que considero por un lado que como me ha dado tanto tengo una deuda y por otro me siento infinitamente agradecido. Siempre digo cariñosamente que ya soy «barcalentino».

−Residiendo en Barcarrota, ¿qué es lo que más echa de menos de Olivenza?

−Bueno, el no ver a mi familia regularmente, los paseos que daba por las inmediaciones de Olivenza, y me recreaba mirando la muralla, la puerta del Calvario, el perfil urbano de la ciudad… Pero sobre todo no poder ir a los ensayos de 'La Filarmónica' tanto como me gustaría, entidad en la que llevo 30 años de mi vida y por más que he estado lejos nunca he dejado y mientras pueda no dejaré.

−Observándole, está claro que su trabajo es muy vocacional. ¿Qué es lo que más le gusta de su profesión?

−El contacto con la gente, el poder cambiar la realidad, el influir de forma positiva en una comunidad, la formación y acercamiento a los jóvenes, el ser amigo de los niños, ser reconocido por la entrega a los demás cuyo trampolín es la biblioteca y un largo etcétera. Verás, una biblioteca tal y como yo la entiendo y lo he dicho muchas veces no es un almacén o cementerio de libros, sino un sitio mágico, dinamizador y generador de actividades, que pinte de color la vida y por lo menos sirva para hacernos más felices. Y en todo es fundamental la labor del bibliotecario y hay que entenderla como una figura cercana que se vale de los libros, el conocimiento y la cultura para ayudarnos. Para mí es muy vocacional y como una filosofía de vida.

−Dirige una de las bibliotecas más premiadas de la región. ¿Qué reconocimientos ha logrado en los últimos 12 años?

−Pues la verdad es que estos años han dado para mucho la verdad, por citar algunos tendríamos: Primer Premio de Fomento de la Lectura en Extremadura en 2011, 2014, 2016 y 2018; hemos sido galardonados en los Premios 'María Moliner' del Ministerio de Cultura a nivel nacional en el 2010, 2013, 2016, 2017, 2018 y 2020, consiguiendo la mención especial de dichos premios en el 2011; el Gremio de Editores Españoles destacó nuestro trabajo en 2011 por buenas prácticas; la Biblioteca Municipal de Barcarrota fue ejemplo también de buenas prácticas en la Biblioteca de castilla la Mancha (Toledo) en 2016; fuimos finalistas en los Premios 'Biblioteca y Compromiso Social' de la Fundación La Caixa. Y también el pueblo de Fuentes de León puso mi nombre a su Biblioteca Infantil.

También considero como reconocimientos o hitos, haber podido conocer a Ángel Barceló y Carles Francino, por ejemplo, y haber podido participar en sus programas. O haber estado en programas de Cuatro, Telemadrid, Canal Extremadura (en esta última cadena, haber tenido espacio propio dentro de programa), haber dado conferencias por toda la geografía nacional, haber viajado a Estados Unidos, etc.

Y bueno a lo mejor algo se me olvida, seguro, pero tampoco le echo demasiada cuenta, el verdadero premio es sentirte valorado en tu trabajo, con el cariño de niños y jóvenes y siempre tener gente en la biblioteca ya sea leyendo, jugando al ajedrez, formándose, coloreando o lo que sea. El premio es disfrutar cada día lo que haces.

−¿Y qué hace para que la biblioteca de Barcarrota sea distinta de las demás?

−Pues intentar yo mismo ser distinto a los demás, jajajajaja. Me explico: para dar más voz a la biblioteca tenemos un programa de radio en el que invitamos a escritores, académicos, profesores, pero también a ciudadanos de Barcarrota que tengan algo que contar, nos une la cultura y la cultura tiene muchas formas. En verano como la gente va a la piscina, hasta allí nos desplazamos 3 días en semana con libros, juegos, dibujos, cuentacuentos, manualidades, etc. Junto con NCC llevamos a cabo un proyecto de formación en nuevas tecnologías, hacemos visitas guiadas a la localidad, cuando hace buen, realizamos juegos tradicionales en la plaza que está frente a la biblioteca, colaboramos con medios de comunicación para ensalzar la historia o el patrimonio de Barcarrota y así un largo etcétera. Cuanto más loca es una actividad más divertida y cuanto más divertida mejor funciona, por eso digo que hay que ser distinto para conseguir resultados distintos.

−Como bibliotecario, ¿qué lecturas hace o cuáles son sus libros de cabecera?

Siempre digo que un libro que me cambió la vida fue 'El Alquimista', de Paulo Coelho. Desde entonces devoro todo lo que cae en mi mano de este autor. Los cuentos de los hermanos Grimm, Hans Christian Andersen, Charles Perrault, Calleja, fábulas de Esopo, etc. Son importantes para mí, ya que tengo que conocerlos y trabajarlos para realizar los cuentacuentos y el fomento de la lectura en edades tempranas. Escritores como Ruiz Zafón y Dolores Redondo me encantan. Ahora estoy interesándome por dos autores que han despertado mi interés, uno es el suizo Jöel Dicker, que desde que leí 'La verdad sobre el caso Harry Quebert' me sorprendió muchísimo, y Eva García Sáez de Urturi, con su trilogía de 'La Ciudad Blanca'. Extremeños, por supuesto Jesús Carrasco, que es oliventino y nunca dejé de leer a Luis Landero. Y por último, como poetas tengo tres que leo muchísimo. Federico García Lorca, Antonio Machado y mi favorito, Manuel Pacheco.

−Un 'filarmónico' de pro como usted debe tener en la música una de sus fuentes de inspiración vital…

−Aparte de no concebir la vida sin música, ser filarmónico es un orgullo. Llevo 30 años dentro de la Filarmónica, casi he echado los dientes en ella y cada vez que hay actuación, ponerte el traje, preparar el saxo y las partituras y compartir afición con el resto de la banda es inexplicable, y más sabiendo que uno a través de esta institución, representas a toda una población. Con decirte que una de mis primeras actuaciones fue en la Expo de 1992 y la recuerdo perfectamente, para que veas si hay ilusión. Lo que aparentemente es una banda de música, en realidad es como una gran familia.

−Y de pronto conoce a Antonio Viudas Camarasa, 'albacea del espíritu' del poeta oliventino Manuel Pacheco… ¿Cómo se forjaron las jornadas sobre su centenario?

−Antonio coincidió en una zapatería de Albufeira con Alfonso Macías, alcalde de Barcarrota. Antonio le propuso a Alfonso hacer algo al respecto ya que la madre de Pacheco era barcarroteña. Alfonso, que es un alcalde volcado con la cultura y defensor a ultranza de la biblioteca y de cualquier manifestación cultural que salga de ella le dijo a Antonio que hablase conmigo. A mí, que me hace falta poco para tirar 'palante' con lo que sea, a los pocos días me estaba llamando, concertamos una cita una semana después, quedamos en hacerlo, al poco llegó la pandemia y el confinamiento y ni eso pudo con nuestra ilusión. Resumiendo, inicios de conversación principios de febrero y lo llevamos a cabo en noviembre.

−¿Qué logro considera más importante tras celebrarse este acontecimiento en Barcarrota?

−Que haya muchos más lectores de Pacheco, que es de lo que se trataba. A través de las ponencias, las exposiciones, las tertulias, las lecturas dramatizadas, etc. Hemos conseguido que un montón de gente de todas las edades se interesen por el poeta oliventino. Lo hecho en Barcarrota sólo es un punto y seguido, en breve más, pero con distintas dinámicas.

−¿En qué proyectos culturales anda trabajando ahora?

−En el cambio físico de la biblioteca para engrandecerla aún más. Se nos ha quedado pequeña. Es necesario un cambio de sede para adaptarnos a los nuevos tiempo y nuevos aforos. Además, nos volcaremos en los préstamos de lectura digital a través de la Plataforma Nubeteca de Diputación para aquellas personas que prefieran los e-books o la lectura digital. Poner en marcha unas horas de ajedrez para adultos en la biblioteca ya que esta pandemia también ha traído más aislamiento y lo tendríamos como una fórmula de socialización. Poner en valor el patrimonio de dólmenes que nos rodean a través de un Proyecto llamado Patrimonio Barcarrota que hacemos entre NCC-biblioteca para formar jóvenes y que su formación incida físicamente en mejorar el pueblo y podría seguir hablando sobre lo que tengo en mente pero dudo que tuviéramos espacio entre estas líneas (risas).

−¿Cómo está afectando la pandemia al sector de la cultura en el ámbito rural?

La gente tiene miedo a juntarse en espacios donde hay tránsito de gente y es algo temerosa lógicamente en compartir sitios comunes. Pero hay que adaptarse, reinventarse, hacer cosas nuevas… Al desarrollar actividades hay que hacerlo en espacios mayores o con reducción de aforo, mantenerse separados y utilizar los soportes digitales para llegar a más usuarios, en este sentido nosotros no hemos parado, aunque todo lo que sucede incide negativamente, teniendo la mente activa, activando los protocolos y sabiendo hacer las cosas el impacto es menor. Esto consiste en adaptabilidad y evolución.

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