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Manuel Molina, en la casa parroquial de Olivenza, donde está la sede de Cáritas. TELEVISIÓN OLIVENZA
«La Navidad no es bucólica. En Belén hubo una familia que no tenía techo»

«La Navidad no es bucólica. En Belén hubo una familia que no tenía techo»

Manuel Molina Gómez, coordinador de Cáritas Parroquial en Olivenza

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Viernes, 25 de diciembre 2020, 11:55

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Como es de esperar, al llegar las fechas de navidades se intensifica la labor humanitaria de Cáritas Parroquial, cuyo equipo de voluntariado afronta con ilusiones renovadas el reto de ayudar a quienes más lo necesitan en Olivenza y sus pedanías. HOY Olivenza entrevista a Manuel Molina (Olivenza, 23 de mayo de 1981), coordinador de Cáritas Parroquial en Olivenza.

− ¿Qué cometido tiene y qué significa para usted Cáritas Parroquial?

− Cáritas parroquial somos la entidad de acción caritativa y social de la Iglesia Católica; tenemos como fin la promoción y desarrollo integral de las personas, especialmente de los más pobres y excluidos. La persona es el centro de nuestra acción. Defendemos su dignidad, reconocemos sus capacidades, impulsamos sus potencialidades y promovemos su integración y desarrollo.

Somos una organización abierta a la participación, trabajamos en equipo en unión a los que sufren y con nuestra convicción de igualdad y justicia social en permanente búsqueda de mejora, aplicando ideas innovadoras siempre en beneficio de la persona, la comunidad y la sociedad en su conjunto. Compartimos una cultura institucional basada en la ética y en la apertura de la información hacia todos los interesados en nuestra labor primando el principio de transparencia.

Queremos ser testimonio vivo del amor de Dios y de la fraternidad de la comunidad cristiana con todas las personas, en especial con las más empobrecidas y excluidas, optando por una sociedad más solidaria, justa y participativa.

− ¿Quiénes le acompañan en esta importante labor social que desempeñan?

− Las personas que trabajamos en Cáritas parroquial de Olivenza somos un grupo de voluntarios que ofrecen su tiempo y sus diferentes carismas al servicio de los demás.

Actualmente formamos el grupo de acogida un total de 9 voluntarios presididos por el párroco. También existe un grupo paralelo dentro de Cáritas parroquial encargado de la sensibilización de la comunidad que trabaja en comunión con el grupo de acogida.

También hay otros voluntarios que se encargan de otras misiones igual de importantes: recogida de alimentos, relaciones con otras instituciones y entidades y personas que gratuitamente aportan su servicio profesional en varios campos.

− Lleva algunos meses al frente de Cáritas Parroquial en la ciudad. ¿Qué proyectos tienen en mente desarrollar a corto y medio plazo para cumplir sus fines?

− A corto plazo estamos haciendo una campaña de recogida de fondos, alimentos, productos de aseo personal y limpieza general. Estamos también centrados en aumentar el número de socios que en la actualidad no llegan a 70 en una población de 12.000 habitantes.

Otro eje de nuestra acción se está basando en el trabajo por proyectos, es decir, abordar hechos y situaciones concretas a corto plazo y hacer partícipe de ellas a la comunidad.

Colaborar en estas situaciones concretas hace que el otro pueda sentir que la ayuda que aporta tiene un fin más delimitado y cuyo efecto es inmediato, consigue que el benefactor se sienta más identificado con el objetivo en lugar de aportar para fines más genéricos.

Otro ámbito en el que estamos trabajando es llegar a las personas que no vienen a las acogidas por vergüenza, inseguridad o cualquier otro motivo y que tienen carencias que nosotros podemos paliar. De ahí nuestra petición a todos para que nos informen de posibles casos en los que crean que debemos intervenir, en definitiva, salir a buscar al necesitado no sólo esperar a que venga.

El objetivo final sería implicar al máximo posible a la comunidad para conseguir una sociedad más justa e igualitaria, todos podemos aportar nuestro granito de arena a ese objetivo.

− Llegada la Navidad parece que se intensifican las iniciativas solidarias. ¿Cómo mantienen desde Cáritas Parroquial el 'espíritu navideño' el resto del año?

− A veces al hablar de la Navidad podemos tender a pensar en una escena bucólica pero nada más lejos de la realidad. En Belén se produjo algo que sigue sucediendo cada día, personas que no tienen dónde pasar la noche y que no son acogidas en ninguna parte. Estás situaciones están ocurriendo en Olivenza aunque no las veamos. Es una Navidad perpetua.

Es cierto que desde Adviento se intensifican las acciones en búsqueda de fondos y productos, aparte de por la tradición, por una razón meramente logística: a final de año se van acabando gran parte de las ayudas que reciben muchos usuarios a la espera de las nuevas asignaciones en los presupuestos anuales destinadas a acciones sociales.

− ¿De qué manera puede ayudar cualquier ciudadano a Cáritas?

− Existen varias maneras de colaborar con Cáritas, haciéndose socio, aportando un donativo económico o material, organizando iniciativas solidarias para recaudar fondos, facilitando servicios profesionales de cualquier tipo, contratando a personas en situación de riesgo o donando tiempo como voluntario. Todas son necesarias y complementarias.

− Con la llegada de esta crisis pandémica, ¿perciben más solidaridad en la comunidad? ¿Hay más donaciones de particulares?

− Estamos recibiendo una respuesta excelente por parte de la comunidad. Es cierto que por ahora se sigue colaborando con Cáritas en acciones puntuales y la figura del asociado no está tan arraigada.

Esta es una de las razones por las que hemos apostado en añadir a la acción habitual el trabajo por proyectos, parece más sencillo participar en algo más específico y tangible, aunque las necesidades del día a día y los casos extremos aparecen en cualquier momento o situación.

- ¿A cuántas personas está llegando esta solidaridad y cuántos recursos destina anualmente a ayudarlas?

- Hasta hace relativamente poco atendíamos un día a la semana una hora y venían 2, 3 usuarios. Ahora atendemos dos días a la semana (lunes y miércoles de 18.00 a 19.00 horas) y vienen 6, 7 u 8 usuarios por día. Esto da cuenta del aumento de las necesidades dentro de nuestra ciudad.

Hablando de recursos empleados me gustaría indicar que la gestión de Cáritas parroquial se hace exclusivamente con los donativos, por eso es complicado determinar un presupuesto anual puesto que el flujo de aquellos puede variar a lo largo del año.

No es impedimento no tener un presupuesto anual puesto que confiamos plenamente en la Divina Providencia, nosotros sabemos que no somos más que meros instrumentos al servicio de los demás dentro de la Iglesia.

− ¿Cuál es la realidad de las familias que están acudiendo a Cáritas? ¿Se están coordinando con otras entidades en este cometido?

− En este año desde que ejerzo el voluntariado en Cáritas el perfil del usuario medio ha cambiado bastante. Nos estamos encontrando a muchas familias que vienen por primera vez. En la mayoría de casos vienen por problemas derivados de la pandemia; cierres de negocios, falta de trabajo o agotamiento de los subsidios por desempleo. Tras el verano, una vez acabadas las campañas en el campo, se ha notado más la afluencia de usuarios y la proyección es que durante el invierno el número siga aumentando. Nos hemos encontrado con familias al borde del desahucio que, gracias a Dios, hemos podido solventar por la colaboración desinteresada de varios abogados que nos ayudan con este tipo de casos a nivel legal, cartas de aviso de corte de suministros básicos (luz y agua) o problemas para renovar el alquiler por impago de mensualidades.

Hemos visto necesario y productivo tener reuniones quincenales con los Servicios Sociales del ayuntamiento para cruzar datos de usuarios y poder realizar un mejor servicio a la comunidad. Se dan muchos casos en los que ya sea Cáritas, ya sea los Servicios Sociales, no tenemos toda la información de los usuarios para poder incidir de forma adecuada en su problemática y ser lo más efectivos posibles cada uno dentro de su cometido, claro está.

También trabajamos en coordinación con los centros educativos de Olivenza con el fin de detectar cualquier atisbo de emergencia en los que nosotros podamos ofrecer nuestra ayuda.

- ¿Qué mensaje transmitiría al pueblo oliventino en estas circunstancias?

- El mensaje que me gustaría transmitir es que todos formamos parte de una comunidad, nadie debería sentirse excluido o discriminado. Cada uno tiene oportunidad de colaborar con una sociedad más justa e igualitaria de la forma que estime más oportuna.

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