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Félix Vidigal, en su puesto de capataz del Señor de los Pasos.
«Llevo 30 años guiando al Señor de los Pasos»

«Llevo 30 años guiando al Señor de los Pasos»

Félix Vidigal Méndez Capataz de Nuestro Señor Jesús de los Pasos. Es el decano de los capataces de los pasos de Semana Santa oliventina, pues acaba de cumplir tres décadas llevando el del Patrón de Olivenza

JUAN MIGUEL MÉNDEZ PEÑA

Miércoles, 4 de abril 2018, 23:49

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Félix Vidigal Méndez (Olivenza, 2 de noviembre de 1956) es desde 1988 capataz del paso del Patrón de Olivenza, Nuestro Señor Jesús de los Pasos, siendo por tanto el decano de los capataces de las seis hermandades y cofradías existentes en la localidad.

A lo largo de tres décadas ha participado activamente en la organización y puesta en escena de las estaciones de penitencia del Domingo de Pasión (quinto y último Domingo de Cuaresma) y el Viernes Santo, llevando el paso de la centenaria Real Archicofradía (data de 1579), que cuenta con 871 cofrades y cuyo paso es llevado por 15 costaleros que, como particularidad, van descalzos durante todo el recorrido.

A Félix Vidigal, conocido popularmente como Peluco, se le notaba nervioso el día del Patrón; mientras se celebra la misa de la festividad, sale a fumar fuera del templo de Santa María Magdalena y entra enseguida pendiente de que los costaleros entren en la sacristía de la Archicofradía para prepararse.

De carácter tímido y bonachón, parece transformarse cuando tiene que guiar a los costaleros y con voz enérgica hace cada levantá del paso del Nazareno, en una estación de penitencia que abre el ciclo de la Semana Santa oliventina, que aspira a ser declarada Fiesta de Interés Turístico Regional.

¿Desde cuándo pertenece a la Archicofradía? ¿Pertenece a alguna cofradía o hermandad más de Olivenza?

Pues estoy junto al Señor de los Pasos desde 1988, justo desde que soy capataz. Además de pertenecer a la cofradía del Patrón de Olivenza, también hace 40 años que pertenezco como hermano a la Cofradía de Jesús Nazareno y la Santísima Virgen de los Dolores (conocida popularmente como Los Obreros) y ejercí durante 18 años como capataz de la Virgen de los Dolores. Además, en la actualidad también pertenezco a la Cofradía del Descendimiento.

¿Qué le llevó a ser capataz del Señor de los Pasos?

En el año 1988, justo hace ahora 30 años, el que era presidente de la Cofradía de Los Obreros, don José Antonio Corvo Sández, un gran e íntimo amigo mío, fue a buscarme a mi casa para que fuera capataz del Señor de los Pasos, ya que ese paso era llevado entonces a ruedas. Nada me hacía imaginar entonces que llegara a estar todos estos años acompañando a Jesús de los Pasos, por lo que le agradezco de corazón a José Antonio Corvo que se acordara de mí. También debo agradecérselo a las distintas directivas y cuadrillas de costaleros que en estos 30 años hayan seguido confiando en mí, aunque algunos desgraciadamente ya no estén con nosotros.

Así que es usted el decano de los capataces de la Semana Santa de Olivenza...

Así es. De no ser porque en los últimos años Guillermo Fernández Vara dejó de ser capataz de la Virgen de la Soledad, él llevaría los mismos años que yo, porque somos prácticamente de la misma edad y entramos como capataces el mismo año.

¿Qué responsabilidad tiene un capataz? ¿Hay que ser costalero antes que capataz?

Pues fundamentalmente mi cometido es mirar siempre por los costaleros, que andan debajo del paso sin poder ver nada. También debo estar pendiente de todos los detalles del paso, ya que al ser un recorrido tan largo hay que cuidar muchos detalles en cada tramo; el fin último es que entre todos consigamos que la fiesta del Patrón salga lo mejor posible. Sobre si hay que ser costalero antes que capataz, no tiene por qué.

¿Cómo vive la Semana Santa de Olivenza?

Con mucha intensidad, devoción y pasión.

¿Cuál es el momento más especial para usted en la procesión del Patrón?

Cuando los costaleros entran debajo del paso y lo levantan y les digo: «¡Vámonos, valientes!». También les animo con el grito: «¡Vámonos, compañeros! ¡Con esfuerzo y pasión!».

¿Podría contarnos alguna anécdota de los costaleros?

Recuerdo una anécdota maravillosa que marcó desde ese año todas las procesiones del Señor de los Pasos. Un año, en mitad del recorrido, todos los costaleros se pusieron de acuerdo, se quitaron las zapatillas y fueron descalzos hasta entrar en el templo. Desde entonces, una de las características que tiene la procesión de Nuestro Señor Jesús de los Pasos es que todos los costaleros siguen llevando el paso descalzo durante la estación de penitencia.

¿Piensa en el relevo?

De momento no se me pasa por la mente dejar de llevar al Patrón del pueblo.

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