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Miércoles, 9 de agosto 2023, 10:17
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En su palmarés, Inés Felipe Vidigal (Olivenza, 1986) cuenta, entre otros, con cuatro campeonatos del mundo sprint, cuatro de Europa, tres copas del mundo sprint y participó en los Juegos Paralímpicos de Tokio. A nivel nacional tiene diez medallas de oro, la última la consiguió en el pasado mes de julio en Verducido (Pontevedra), once de plata y dos de bronce. A finales de agosto participará en el Campeonato del Mundo en Duisburg, Alemania.
Esta oliventina, de «pura cepa» como ella misma indica, descubrió en 2016 el piragüismo, con cuya practica difumina su discapacidad, y comienza a surcar las aguas del Guadiana. Actualmente forma parte del equipo nacional de paracanoe, con el que entrena en el Centro de Alto Rendimiento La Cartuja de Sevilla.
Inés tiene una artrogriposis múltiple congénita, que afecta de diferente forma a músculos y articulaciones en los brazos y piernas. «A mí me ha afectado a la parte inferior. Me limita los movimientos y la fuerza, no pudo caminar sin ayudas ortopédicas y también tengo rigidez, no puedo doblar las piernas», indica.
«Recuerdo ser una niña como una más, a mi manera siempre hacía lo que hacían mi hermano o mis amigos. Por mi discapacidad mis padres nunca me trataron de forma especial, siempre fui una más, y lo agradezco muchísimo porque eso me ha ayudado mucho a ser quien soy hoy en día» asegura.
En 2016 recuerda que iba con una amiga por el Puente Real de Badajoz y vio pasar a unos piragüistas. «Le comenté que estaría guay montar en una, pero que no sabía si yo podría hacerlo. Al final fui a infórmame al Club Piragüismo. Me dieron todas las facilidades para practicar piragüismo. Iba a hacer un curso de dos semanas, disfrutar del río Guadiana y quitarme la espinita, pero me gustó tanto que no pude dejarlo, me daba una sensación de libertad, de no tener que depender de nada para poder moverme, una sensación tan positiva que es difícil de explicar. Eso, unido al equipo de personas del club, me enganchó», asevera.
Aun así, este deporte tiene algunas dificultades. «No es una práctica fácil, dependo de otra persona para bajar la embarcación al agua y de que el lugar sea accesible para poder embarcar». «Además, necesitas un respaldo económico para tener una piragua reglamentaria y la pala, por eso son imprescindibles los patrocinadores y las ayudas», asegura.
Esta deportista de élite afiema que el deporte a este nivel requiere mucho esfuerzo, sacrificio y dedicación. «Es entrenamiento diario, dietas, poca vida social y estar lejos de la familia y amigos. Pero al final, si tu sueño es alcanzar los objetivos que te propones, el camino es muy gratificante en enseñanza y experiencia, y si lo logras más aun».
Y es que su trabajo y espíritu de superación son los que debe representar el deporte, que normaliza e iguala, tanto es así que Inés nunca ha sentido discriminación, ni por tener una discapacidad ni por ser mujer. «Por discapacidad existe el equipo paracanoe dentro del equipo de piragüismo, somos uno más y competimos en las mismas regatas. Y por ser mujer tampoco, es un deporte abierto a ambos sexos», concluye.
Esta deportista aconseja vivir la vida y exprimir cada segundo, «pero con cabeza», y si se tiene un sueño, «hay que luchar por él hasta el final, no hay que quedarse parados esperando a que las cosas pasen».
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