El juicio señalado para la semana pasada pone fin a un largo proceso judicial que se inició después de que las empresas del grupo Nueva Rumasa, a las que pertenecían Carcersa y Cárnica Oliventina, entraran en concurso. Por la quiebra de Carcersa, con sede en Mérida, ya fue juzgado Zoilo Pazos, quien dijo durante el juicio que en realidad no tenía poder de decisión en la empresa cárnica emeritense y que sólo firmaba «por lealtad» a su tío José María.
Pazos, que es familiar del fallecido empresario jerezano, llegó a figurar como administrador en 34 empresas de Nueva Rumasa, pero en Mérida fue absuelto porque no quedó probado que tuviera efectivos poderes de dirección y decisión.
La jueza destacó en aquel fallo que ninguno de los testigos que acudieron al juicio reconoció haber tratado con Pazos cuestiones que afectaran al funcionamiento de la empresa. «Su propia declaración viene a mostrar que se trataba de un mero administrador de hecho, de un testaferro u hombre de paja que firmaba aquello que se la pasaba a la firma por 'lealtad' hacia su tío», concluía la sentencia.
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