

Eva María Nevado
Martes, 24 de noviembre 2015, 16:47
Las ponencias impartidas durante las I Jornadas Transfronterizas sobre el Medievo en Olivenza, celebradas el pasado sábado, mostraron como el devenir histórico dejó en la ciudad una impronta marcada por las continuas guerras fronterizas y las murallas y fortificaciones construidas para la defensa de un asentamiento nacido como enclave templario en el siglo XIII.
Feliciano Correa Gamero, historiador y cronista oficial de Jerez de los Caballeros, inauguró la jornada desgranando alguna de las principales características de la Orden del Temple, la «orden militar más ilustrada», nacida en principio para la defensa de los peregrinos que se dirigían a Tierra Santa pero que pronto adquirió un destacado poder económico y valiosos conocimientos que despertaron el recelo de reyes y mandatarios.
Esta actitud ante la orden militar y religiosa y la buena relación de ésta con Portugal llevó a Alfonso X a expulsar a los templarios de este estratégico lugar de la frontera para ceder las tierras al Concejo y Obispado de Badajoz. Portugal daría asilo a estos y otros templarios llegados de España, que tras la caída en desgracia de la Orden del Temple, a comienzos del siglo XIV, pasarían a fundar la Orden de Cristo.
En un «ajuste de cuentas de Portugal hacia Castilla», señaló Correa durante su intervención, Olivenza pasaría a manos lusas por el Tratado de Alcañices de 1297, quedando así patente como desde sus inicios fue centro de las disputas castellano-portuguesas y cómo el hecho de ser ciudad fronteriza y enclave templario tuvo un coste para la localidad.
Emblema del arte manuelino
Ya como población del Reino de Portugal, tras la Baja Edad Media y en la primera mitad del siglo XVI, Olivenza albergará la construcción de uno de los templos más destacados del estilo arquitectónico manuelino; la Iglesia de Santa María Magdalena.
El arquitecto, doctor en Historia del Arte y autor de una tesis doctoral centrada en el templo oliventino, Manuel Fortea Luna, mostró durante las jornadas una comparativa entre la Iglesia de Santa María Magdalena de Olivenza, la iglesia del Convento de Jesús de Setúbal y la antigua Sé de Elvas, que comparten elementos como la planta, sus dimensiones, secciones de pilares, bóvedas con arranque desde la pared y, en el caso de las dos últimas, pilares torsos.
Fortea destacó la calidad de los trabajos de cantería y el hecho de que la superposición del octógono se puede encontrar como base de la fachada, la puerta e incluso la sección de los pilares de la iglesia oliventina, en la que está enterrado Fray Enrique de Coimbra, obispo de Ceuta que fijó su residencia en Olivenza, ciudad cercana a Elvas, y que fue confesor del rey Don Manuel I desde que se conocieran en el Convento de Jesús de Setúbal.
Esta relación del religioso con los lugares en los que se ubican las tres iglesias y el hecho de que el propio Don Manuel I, según Fortea, se implicara plenamente en las construcciones hoy clasificadas dentro del arte manuelino, son para este arquitecto el nexo de unión de las similitudes de la Iglesia de Santa María Magdalena con los otros templos.
En relación con el templo oliventino y tras surgir la cuestión de la polémica rampa de acceso para personas con discapacidad, al término de la mañana y a propuesta del alcalde de Olivenza, Manuel J. González Andrade, ponentes, público y arquitecto visitaron el exterior de la iglesia, dónde se pidió el asesoramiento de Manuel Fortea para buscar una alternativa, colaboración que el arquitecto se mostró dispuesto a realizar.
Convulso día a día
Las fortificaciones de la Raya y la vida cotidiana marcada por los continuos ataques sufridos de uno y otro lado fueron los temas centrales de las ponencias de Oscar Díaz Hernández, historiador con Grado Superior en Arqueología y alcalde de Alconchel, y Carlos J. Rodríguez Casillas, historiador y autor de diversas publicaciones de temática medieval
Díaz repasó las diversas líneas de fortificaciones existentes en la Raya desde la época árabe y mostró como las fortalezas por ellas protegidas desempeñaban el papel de las ciudades que aún no existían en la zona. Explicó además como tras la suspensión de la Orden del Temple fueron las órdenes militares las que pasaron a ocupar el espacio de la frontera y a lo largo del siglo XIV las fortificaciones quedan en manos de señoríos laicos, convirtiéndose a partir del siglo XV en centros de control.
Tras la ponencia de Vera Lúcia Pereira Guelha, guía turística en el Fuerte de Santa Lucia de Élvas y formadora en la Escuela de Lengua y Cultura Portuguesa de Badajoz, en la que se habló sobre la evolución urbana de la ciudad lusa marcada por las tres murallas con las que progresivamente fue contando, el historiador cacereño Carlos J. Rodríguez Casillas habló sobre el impacto de las guerras fronterizas en las localidades de la Raya.
Rodríguez explicó como durante los siglos XIV y XV los enfrentamientos bélicos entre Castilla y Portugal se intensificaron con las consiguientes consecuencias para ciudades fronterizas como Olivenza, en las que los ataques condicionaron su vida cotidiana. Algunos asentamientos, como fue el caso de la localidad cacereña de Aliseda, llegaron a quedar despoblados en determinadas épocas ante los estragos producidos por la guerra en sus campos y gentes.
El impacto en la producción agro-ganadera, «pues en algunos casos se devastaron ciudades durante 18 días seguidos», el robo y el pillaje al amparo del caos provocado por las guerras y la militarización de la sociedad son algunas de las características que comparten las ciudades fronterizas de la época, recordó Rodríguez.
Comunidad judía
Las I Jornadas Transfronterizas sobre el Medievo en Olivenza, enmarcadas en Oliventia, degusta el Medievo 2015, concluyeron con las ponencias del investigador de los procesos inquisitoriales y autor de once libros sobre esta temática, Fermín Mayorga Huertas, y el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Badajoz, Cecilio Venegas Fito.
Mayorga abordó la presencia de los judíos en Olivenza, ciudad en la que señaló que la Inquisición de Évora juzgó a 300 vecinos y vecinas por judaizantes. Como ocurría en otras ciudades de la Raya, en Olivenza estaba asentada una importante comunidad judía, con una importante presencia de judíos huidos de España, que se asentaban en la ciudad como lugar seguro, ya que la Inquisición no llega a Portugal hasta 1536.
Este investigador extremeño explicó además como a través de la tortura la Inquisición hizo confesar a los detenidos por judaísmo para que acusaran a toda su familia y así poder quedarse con sus bienes. Mayorga detalló que algunas tradiciones, como los trajes de nazareno de la Semana Santa, las fiestas en las que se queman o maltratan peleles o los empalaos de la Vera, tienen su origen en los procesos inquisitoriales y los autos de fe.
El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Badajoz, Cecilio Venegas Fito, fue el encargado de clausurar las jornadas con una ponencia sobre Enfermedad y Farmacia en la Edad Media, en la que comenzó recordando que si bien la llegada de los árabes a España en el siglo VIII supuso un impulso esencial para la Medicina, el Medievo se caracterizó por prestar menos atención a la Salud Pública que el Mundo Antiguo.
La fundación del primer hospital de España en el siglo VI en Mérida, el desarrollo de la Química, el incremento en el número de plantas a emplear en la Medicina gracias al descubrimiento de América, la actividad de las primeras boticas en los conventos y la mejora o realización por primera vez de operaciones como la cesárea o las operaciones de vesícula y hernia fueron algunos de los hechos que caracterizaron a la Medicina en la Edad Media.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.