Eva María Nevado
Martes, 24 de noviembre 2015, 16:54
Una ruta realizada el pasado domingo por los restos de las murallas oliventinas permitió conocer a un nutrido grupo de asistentes las curiosidades y características de algunos elementos esas construcciones que han sido recuperados y de otros que pocas personas conocen que son restos de las antiguas murallas de la ciudad.
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Organizada por la Plataforma por el patrimonio oliventino y guiada por Juan Manuel Vázquez Ferrera la ruta comenzó con la observación sobre un completo plano de la fortificación de Olivenza, elaborado en 1804 por Fernando de Gabriel, y la superposición de algunas de sus líneas de muralla sobre una imagen aérea actual de la localidad.
La primera parada del recorrido llevó a los y las participantes hasta el entorno de la calle Santa Quiteria, espacio que acogió la primera ampliación de la primitiva muralla medieval. Desde allí, por la calle Badajoz, se llegó hasta la Fuente de La Cuerna, lugar en el que se puede ver parte de la muralla abaluartada del XVII y del muro del foso, a la izquierda, junto a la pista deportiva, así como la parte del revellín del mismo nombre recuperado recientemente, frente a la fuente.
Allí se detalló a los presentes como las murallas de la localidad fueron evolucionando a medida que lo iba haciendo la artillería. Así en su construcción se pasa de utilizar solo la piedra a mover el terreno y levantar con ese material murallas más bajas pero más fáciles de defender y que van incluyendo refuerzos como los revellines, que son pequeñas fortificaciones en forma de triángulo situadas en la parte delantera.
La existencia en el siglo XVII de un impuesto para la muralla, la obligación de que cualquier carro que volviera de vacío a Olivenza cargara material de construcción o los problemas surgidos por el derrumbe de las murallas provocado por los temporales, que a punto estuvieron de dejar Olivenza deshabitada, fueron algunas de las curiosidades que se pudieron conocer también en la ruta.
El recorrido continuó, cruzando la carretera actual, por los restos del muro del foso y del camino cubierto que se pueden ver aún, aunque en estado de abandono. En este punto se habló sobre la forma de construcción o la utilidad del denominado camino cubierto, que por su forma inclinada hacia fuera facilitaba la defensa pero estando a cubierto, como su propio nombre indica.
Con la subida al Revellín de La Cuerna concluyó una ruta cuyo objetivo es la puesta en valor de los restos de las murallas oliventinas aún por recuperar e identificar con la señalética adecuada para que vecinos y foráneos puedan conocer la importancia y excepcional tamaño de las fortificaciones que antaño sirvieron de defensa a la ciudad.
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