‘Clausi’ trae a Olivenza la magia de la Navidad de la mano de Prisiñas

Con una meteorología poco habitual para la época, por lo suave de las temperaturas, y con la misma ilusión que caracteriza a quienes participan en todas las rutas organizadas por el Club Senderista Prisiñas, cerca de un millar de personas salieron en la mañana de ayer al encuentro de Clausi.

La primera cita fue en el Pabellón Deportivo Municipal donde, tras acreditarse en la mesa dispuesta para ello, pequeños y mayores compartieron un desayuno elaborado por la Comisión de Festejos de San Benito, que sirvió para cargar las pilas de los y las caminantes dispuestos a disfrutar de un estupendo día.

Finalizado el desayuno, primero partieron las personas que participaban en la ruta más larga, que constó de 20 kilómetros y cuyo destino final fue el Convento San Juan de Dios. A continuación, con el mismo destino, iniciaron su camino los y las participantes de la ruta más corta, de seis kilómetros, y en la que tomaron parte un gran número de niños y niñas.

Durante la ruta infantil se podían escuchar impacientes conversaciones sobre las sorpresas que se podrían encontrar en el punto de llegada, anécdotas de otras rutas o del día a día e incluso había quienes jugaban al veo-veo para hacer más divertida una ruta que algunos de los más pequeños y pequeñas terminaron haciendo a hombros de sus padres.

La ruta que, como es habitual, discurre por los campos oliventinos, permitió disfrutar de la naturaleza, observar los patos que habitan en la charca junto al Campo de Tiro e incluso toparse con la carrera de tres galgos persiguiendo una liebre.

Meta conseguida

Entre anécdotas, sorpresas y preguntas sobre cuanto faltaba para llegar se alcanzó la meta final, el refugio de Clausi, cuya ubicación era el Convento San Juan de Dios. Allí, en la entrada talleres de manualidades servían para entretener a los más pequeños, antes y después de la visita, y en la segunda, antes del acceso al refugio, una mesa de chucherías esperaba a todos, incluidos celíacos y personas con intolerancia a la lactosa.

Y llegó el momento de la magia. Dos ayudantes de Clausi recibían a los y las visitantes a las puertas de un particular armario que encerraba, tras una fila de abrigos, un mundo de fantasía que conseguía envolver a pequeños y mayores en un universo de magia invernal y dejarles con la boca abierta.

Tonos azulados que recreaban un mágico ambiente, árboles cuyos troncos hechos con materiales reciclados les hacían parecer casi naturales, una alfombra de hojas, una montaña de chucherías y estalactitas y bolas de nieve perfectamente conseguidas con corcho blanco conformaban un mágico lugar habitado por amables duendes y la esperada figura de Clausi.

Al fondo del refugio, junto a su trono de nieve y acompañada de dos pequeñas duendes, se encontraba la protagonista de la historia del Club Prisiñas, Clausi. Sí, porque este personaje era una mujer, concretamente la hermana de Santa Claus, que fue la encargada de visitar Olivenza, ya que su hermano se encuentra tan ocupado en estas fechas.

Pese a ello, Santa Claus n

o quiso dejar de hablar con niños y mayores de Olivenza y lo hizo a través de una pantalla, mediante la que se dirigió a algunos de los presentes a los que llamó por su nombre e incluso les hizo preguntas.

El mágico encuentro concluyó con la nieve que Clausi hizo caer como despedida para cada uno de los grupos visitantes, que abandonaban el refugio sorprendidos por el enorme trabajo realizado, una vez más, por Prisiñas y la satisfacción de conocer a tan importantes personajes.

Quienes no pudieron participar en la ruta, cuyas inscripciones se agotaron en apenas ocho minutos, pudieron disfrutar durante la tarde de ayer en el Convento San Juan de Dios de la misma visita que realizaron durante la mañana los y las caminantes.