

Eva María Nevado
Viernes, 4 de marzo 2016, 15:37
Conocer el origen y evolución de la tauromaquia a partir de datos históricos y antropológicos sobre la relación del ser humano y el toro, desde el uro primigenio (ancestral toro salvaje de gran tamaño) hace 23.000 años, es el objetivo del Museo Itinerante de las Tauromaquias Universales que llega a España por primera vez en la Feria del Toro de Olivenza.
A través de 80 paneles con imágenes e información dispuestos en zig-zag, su autor y presidente del Observatorio Nacional de las Culturas Taurinas de Francia, André Viard, desarrolla un proyecto cultural que parte de su inquietud por conocer y difundir el origen de la tauromaquia y que es fruto de una investigación de 20 años.
A lo largo de la instalación que se puede ver hasta el próximo domingo en el Convento San Juan de Dios, en horario ininterrumpido de 12.00 a 21.00 horas, muestra la evolución del «juego universal» de enfrentarse al toro, como explica André Viard a HOY Olivenza, así como «el falso mito de la crueldad».
Las pinturas rupestres halladas en la localidad francesa de Villars, datadas hace 23.000 años, que muestran a un hombre enfrentándose a un ejemplar de uro marcan el recorrido de una visita en la que se muestra como esas ancestrales escenas de caza para el sustento van transformándose en un acto de valentía frente al toro que, en ocasiones, tiene un trasfondo religioso y poco a poco convirtiéndose en un espectáculo del que gustaba la nobleza.
Viard explica como el juego con el toro, ya lejos de la caza por sustento, fue llevado a cabo por faraones, reyes mesopotámicos, la sociedad cretense, celtas y visigodos en España. «El Imperio Romano llega a construir más de 200 anfiteatros como los que hoy quedan en las localidades francesas de Arles y Nimes y en los que también se soltaban toros», informa.
El autor de esta exposición asegura que la tauromaquia ha hecho posible la pervivencia de una especie que «iba a desaparecer ya que la caza acabaría terminando con ella y gracias a la domesticación que conllevó convertir la fiesta taurina en un acto social se inició el interés por su preservación.
La crueldad
Durante la visita, que se complementa con un documental que se proyecta a las 11.00, las 13.00 y las 16.00 horas, se puede encontrar un espacio dedicado al falso mito de la crueldad. «No conozco a un torero o a un aficionado que vaya a la plaza a disfrutar con el sufrimiento, sino a ver el valor del hombre ante el toro», afirma Viard, quien asegura que el sufrimiento es un valor moral y el toro no lo puede tener.
No niega que el toro sienta dolor pero «se ha demostrado por estudios científicos que es mínimo», explica mientras asegura que si fuera insoportable no atacaría sino que huiría como hacen otros animales. «No se puede querer prohibir la tauromaquia por darle derecho al toro que no tiene».
Viard invita a taurinos y antitaurinos y especialmente a estudiantes a visitar una exposición en la que se muestran los argumentos para la pervivencia de la tauromaquia y «que después decidan si les gusta o no».
El presidente del Observatorio Nacional de las Culturas Taurinas de Francia anima además a quienes acudan estos días a los festejos taurinos a pasar antes por la exposición para entender a un mejor lo que van a ver. Una exposición que para Viard cobra un valor especial en Olivenza por el «enorme trabajo» realizado en la localidad por la pervivencia de la tauromaquia.
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