

Eva María Nevado
Jueves, 10 de marzo 2016, 14:26
El responsable del Punto de Atención Psicológica del Ayuntamiento de Olivenza, el psicólogo José Serrano, y la técnica de la Oficina de Igualdad de la Mancomunidad, Esther Silva, desglosaron ayer los factores sociológicos y psicológicos que llevan a que la mujer asuma habitualmente las responsabilidades domésticas y familiares
El taller Ciudadanía a partes iguales, desarrollado en la Casa de la Cultura, comenzó con una mirada a la época en la que el carnet de identidad de miles de mujeres mostraba como profesión sus labores. Esta expresión es un reflejo de cómo tradicionalmente las tareas domésticas han estado y continúan estando asociadas al género femenino.
Esther Silva recordó como la buena mujer debía ser una entregada ama de casa que, hasta 1961, solo podía trabajar si estaba soltera. Silva mostró a los presentes el contrato de trabajo de una maestra, fechado en 1923, en el que el hecho de contraer matrimonio era causa de anulación de la relación contractual.
Esta relación mujer-tareas domésticas se perpetúa en la actualidad provocando que sean mayoritariamente ellas las que se vean obligadas a conciliar vida laboral y familiar, con las dificultades que esto conlleva en muchas ocasiones y las escasas facilidades que para ello encuentra en algunas empresas.
La proyección de un video de concienciación de Cruz Roja dejó patente que esas dificultades de conciliación llevan al empobrecimiento de la población femenina que se ve obligada a dejar sus empleos, los beneficios de las políticas de conciliación en las empresas y la necesidad de que desde las Administraciones se valore el trabajo de cuidado familiar, cuyo gasto sería muy elevado para el Estado, en caso de no asumirlo.
Papel interiorizado
Esa puesta en valor del trabajo doméstico, algo en lo que la Oficina de Igualdad trabaja ya desde los centros escolares, debe comenzar desde el propio género femenino, recordaron Silva y Serrano, ya que está tan interiorizada la responsabilidad de la mujer en el trabajo del hogar que esta creencia es contraproducente.
El psicólogo José Serrano analizó algunos factores de índole psicológico que, sumados a los roles que la sociedad impone, dificultan la conciliación laboral y el reparto de tareas en el hogar. Uno de ellos, considerado por Serrano el más perjudicial, es el denominado síndrome de la mujer madre.
Se trata de un comportamiento por el que la mujer, principalmente las que trabajan dentro y fuera del hogar, asume el rol de «madre salvadora, tanto de hijos como de pareja», apunta Serrano. Se consideran como las únicas capacitadas para hacerse cargo de las responsabilidades familiares y domésticas.
Junto al cambio de roles sociales necesario, es preciso también que las mujeres entiendan que el hogar no es su obligación y que «para conseguir objetivos diferentes, hay que hacer cosas diferentes», concluyó Serrano.
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