Eva María Nevado
Martes, 16 de agosto 2016, 11:36
Aunque con escasa repercusión, ya que solo contó con dos participantes, pero con el deseo de reavivar una actividad que antaño era cita obligada en el calendario de la Feria oliventina, la ciudad recuperó en la mañana del pasado sábado la carrera de camareros, celebrada tras la inauguración de las Ferias y Fiestas de Olivenza 2016 en la tarde del viernes por la asociación de apoyo a mujeres con cáncer de mama, Sonríe Olivenza.
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Junto al alcalde de Olivenza, Manuel J. González Andrade, las componentes de Sonríe Olivenza fueron las encargadas de inaugurar oficialmente las Ferias y Fiestas con un pregón en el que quisieron «dibujar con palabras de agradecimiento» uno de los corazones de tela con los que desde la asociación se apoya a las personas que se encuentran luchando contra el cáncer.
En esta ocasión el corazón fue dirigido a la ciudad que «tanto cariño nos demuestra» y especialmente a quienes consiguen con un gesto solidario incrementar la esperanza en la lucha contra el cáncer. No quisieron olvidar tampoco a quienes nacieron en Olivenza y regresan para su Feria, pero especialmente a quienes no pueden hacerlo y «añoran en la distancia disfrutar de la tierra extremeña».
Ana Díaz, presidenta de Sonríe Olivenza, pidió a los presentes en su nombre y en el de sus compañeras que disfrutaran de las Ferias y Fiestas, que participaran y que colaboraran para hacerlas cada año mejor.
Recuperando tradiciones
Tras la inauguración oficial de las Ferias y Fiestas 2016 y el concierto de aniversario celebrado por el grupo de folk Acetre en la noche del viernes, con la mañana del sábado llegó el momento de recuperar tradiciones de antaño como la carrera de camareros, aunque con escasa repercusión pero con el deseo de que sea el primer paso para recuperar esta cita.
Sólo dos fueron los participantes de una competición en la que se proclamó ganador Manuel Lozano, quien trabaja como camarero en el Hotel Heredero y anima a todos sus compañeros oliventinos a sumarse en próximas ediciones a esta iniciativa que quiere recuperar una tradición que antaño llenaba la calle de profesionales de la hostelería que competían en una divertida carrera.
Con gran habilidad, Lozano transportó sin problema dos botellines de cerveza y dos copas llenas de agua en una bandeja que sostenía con una sola mano en una caminata, más que carrera, junto al Paseo Grande. Al término de esta, los dos únicos participantes recibieron de manos del concejal de Deportes, Gonzalo de la Granja, una bolsa con productos de la tierra.
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Mientras tanto, en el Parque de los Pintasilgos, los más pequeños disfrutaban ya en la mañana del sábado de una fiesta multideportiva en la que no faltaron el túnel deslizante, que repitió el éxito del pasado año, la tirolina, una guerra con pistolas de agua, hinchables refrescados con agua para los más pequeños, coches a pedales y diversos elementos para la práctica deportiva de hockey, vóley, etc
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