Javier Reche Garay, al inicio del espetáculo teatral.

‘Llámame Ofelia’, una reflexión más allá de lo evidente

La obra escrita, dirigida e interpretada por Javier Reche Garay invitó a no juzgar ni etiquetar dejando para la reflexión una pregunta final sobre las decisiones vitales

Eva María Nevado

Martes, 27 de septiembre 2016, 17:01

Descarada, irreverente, vulgarmente sincera, muchos son los adjetivos con los que se podría definir a una Ofelia que el pasado viernes cobró vida de la mano del autor teatral, intérprete y director Javier Reche Garay y a la que no gustan las etiquetas pero se describe a sí misma como «racional, emotiva y dual por naturaleza», bautizada con el nombre de Hamlet pero que siempre se sintió Ofelia.

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Lejos de la imagen que el lector puede evocar de la Ofelia shakesperiana, pero con una trayectoria vital que reproduce pasajes de la tragedia de Hamlet una y otra vez, el personaje llegado a la capilla del Convento de San Juan de Dios abrió su alma a los espectadores en un interactivo diálogo en el que comedia y tragedia se alternaban a un ritmo que no dejaba lugar a la indiferencia.

Desde el asesinato de su padre a manos de su madre y su tío o su vida como prostituta desde la adolescencia, hasta sus experiencias y sentimientos o su admiración por Dominique -aguerrida prostituta a la que también dio vida Reche- tienen cabida en un monólogo que se alterna con canciones cuya letra deja claros mensajes y que desemboca en un momento en el que Hamlet se despoja de todos aquellos complementos que le muestran como Ofelia.

La interacción con el público, más cerca de la comedia que de la tragedia durante toda la obra, se torna en este final en reflexiva para sacar al espectador de su zona de confort y situarlo en el incómodo papel de responder a la cuestión « ¿tienes la vida que quieres?».

Analizadas algunas de las respuestas poniendo frente a ellas la autenticidad de quien, como la Ofelia de Reche, decide optar por aquello que quiere y no conformarse con lo que otros esperan de ella, el personaje abandona por primera vez su lugar a pie de público para recrear en la parte más alta de la antigua capilla la venganza contra su tío por la muerte de su padre, al más puro estilo Hamlet.

De vuelta a la primera fila de butacas abandona Ofelia la escena con una corona de flores sobre su cabeza saliendo al encuentro de su admirado padre, explicando así de forma alegórica cuál será su trágico destino, destino que el espectador pudo ver en una proyección en la que ya con una estética más clásica se muestra a la Ofelia shakesperiana muriendo ahogada.

Enlazando el hilo argumental del Hamlet de Shakespeare con la historia de un personaje que vive en sus carnes la incomprensión y la explotación sexual por su elección personal, Llámame Ofelia invita a no juzgar, desmitificar y dejar de etiquetar, y ha sido elegida por ello por la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Olivenza para conmemorar el 23 de septiembre Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas.

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