Guillermo Gabardino presenta una exposición fotográfica sobre la Semana Santa de Badajoz

A través de 19 instantáneas en blanco y negro de la Semana Santa de Badajoz, el fotógrafo Guillermo Gabardino Herrera mostrará desde este sábado hasta el 7 de mayo en la sala de usos múltiples del Museo Etnográfico Extremeño González Santana de Olivenza su particular visión de esta celebración pacense, centrándose en las personas que la protagonizan.

Las fotografías están tomadas desde una apreciación personal, en la que tradiciones y situaciones se reflejan en encuadres que van más allá del costumbrismo, y hasta del formato panorámico. En las obras de esta muestra pueden encontrarse imágenes en las que destaca la sobriedad o el recogimiento del ambiente que se vive en las calles de la capital pacense durante los días de Semana Santa, con fotografías en las que destacan gestos o situaciones.

Tradiciones y situaciones se reflejan en encuadres que van más allá del costumbrismo, y hasta del formato panorámico destacando la sobriedad o el recogimiento del ambiente que se vive en las calles de la capital pacense durante los días de Semana Santa, con fotografías en las que se realzan gestos o situaciones.

En sus propias palabras, Gabardino lleva captando o creando imágenes «desde cuando las cámaras no necesitaban pilas y después de pasar por el color, el blanco y negro, el cuarto oscuro y el formato digital». El fotógrafo incide en las personas, protagonistas que dan la latencia de lo que está ocurriendo en las calles. Tras la tela agujereada, nazarenos que miran y hacen al espectador sentirse observado desde el anonimato.

Según se ha informado el Museo en un comunicado de prensa, tras muchas exposiciones colectivas, algunas individuales y publicaciones, sigue con la cámara en la mano intentado mostrar lo que su particular visión interpreta de la realidad, conceptos que también aplica cuando fotografía la Semana Santa, sus sensaciones, momentos, secuencias y ambientes que, desde su perspectiva, intenta trasladar al plano de una fotografía.

«Todo tapizado en blanco y negro, sobriedad bajo la luz de farolas que van amparando el deambular de emociones, ambientes, secuencias y personas retratadas bajo una túnica de silencio». En esta dimensión plana es ya el espectador el que tiene que valorar si la realidad pasajera de esos días ha quedado plasmada en estas imágenes.