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Portapaz, objeto religioso.
Un portapaz, pieza del mes de marzo de 2018 en el Museo de Olivenza

Un portapaz, pieza del mes de marzo de 2018 en el Museo de Olivenza

Este objeto litúrgico procede de la iglesia parroquial de Santa María de la Asunción y permanece en depósito en la sala de Arte Sacro del Museo desde noviembre de 2008

JUAN MIGUEL MÉNDEZ PEÑA

Viernes, 6 de abril 2018, 23:31

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Entre los objetos litúrgicos que figuran en la sala de Arte Sacro del Museo de Olivenza puede admirarse uno llamado portapaz, signo litúrgico y protagonista del ósculo de la Paz.

Según el Museo, 'Ósculo' significa acción que permite expresar cariño, amor o respeto, teniendo este término cierta importancia en el ámbito de la religión cristiana. Ésta propone la práctica del ósculo Santo como expresión «del amor de Dios al prójimo». En este caso, el beso propuesto por la Biblia, «debe estar ausente de romanticismo», ya que se trata de un símbolo de pureza, de unidad, sinceridad y amor como partes imprescindibles de la hermandad cristiana.

Esta práctica se llevaba a cabo utilizando el portapaz. Aunque tuvo su origen en la Edad Media, fue en los siglos XVI y XVII cuando se generalizó su uso, empezando a decaer a principios del siglo XIX.

En un principio, el rito era una acción reservada a los ministros de la iglesia, es decir, el sacerdote daba la paz a quien oficiaba de diácono y este a los demás ministros, solo en caso de misa solemne el pueblo participaba someramente de este rito a través del llamado portapaz.

Se trata de una pieza que puede ser de metal, marfil, cristal, etc., de forma más o menos rectangular, que suele adoptar la tipología de retablillo, con un asa detrás para sostenerlo cuando se da a besar a los fieles.

Por delante presenta una imagen devocional habitualmente una Crucifixión o un Calvario, en el que la Cruz está franqueada por la Virgen y San Juan.

El portapaz que muestra el Museo es de finales del siglo XVI y principios del XVII. Es de metal plateado y mide 16 cms. de alto por 12,5 cms de ancho. De estilo manierista, se organiza en torno a un óvalo o medallón central con un relieve que representa una Cruz vacía sobre el Gólgota. Al fondo, una ciudad amurallada debe ser Jerusalén. El medallón se sitúa en el centro de una cartela de cueros recortados con tornapuntas y ces que lo enmarcan. Presenta dos cabezas de querubines alados, franqueando el medallón, arriba y abajo, motivos típicamente manieristas. En las tornapuntas inferiores presenta dos bolas a modo de patas y en la parte superior remate en forma de pequeña cruz de perfil mixtilíneo.

Procede de la iglesia parroquial de Santa María de la Asunción y permanece en depósito en la sala de Arte Sacro del Museo desde noviembre de 2008, siendo propiedad del Arzobispado de Mérida-Badajoz.

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