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Sábado, 13 de enero 2024, 18:35
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Iván Martínez, Kevin Mora y Javier Sánchez, los tres diáconos con los que contaba la archidiócesis de Mérida-Badajoz, han sido ordenados sacerdotes hoy en la Catedral de Badajoz.
La celebración daba comienzo a las 11.00 de la mañana, en ella recibían el orden sacerdotal de manos de don Celso Morga, arzobispo de Mérida Badajoz que el pasado 1 de julio los ordenó diáconos.
Una vez ordenado sacerdote Iván Martínez, oficiará su primera misa en la tarde de este 13 de enero a las 19.30h en la Iglesia de Santa María del Castillo de su Olivenza natal. Por su parte Kevin Mora lo hará mañana domingo a las 13.00 h en la parroquia de San Marcos Evangelista de Oliva de la Frontera, mientras que Javier Sánchez, presidirá su primera misa en Burguillos del Cerro el próximo sábado, día 20, a las 19.30 h.
La ceremonia
La celebración estuvo presidida por don Celso Morga y concelebrada, por don José Rodríguez Carballo y un centenar de sacerdotes, algunos de ellos venidos del Teologado de Ávila en Salamanca, donde residen los seminaristas mayores. La Catedral estaba llena de fieles, muchos procedentes de aquellas comunidades cristianas donde los nuevos sacerdotes han realizado su experiencia pastoral como diáconos.
En su homilía, entre otras cosas, don Celso les pidió a los tres ordenandos que cuiden la virtud de la humildad «para servir a todos los que Dios os confía en el ministerio sacerdotal, sobre todo a los pobres, enfermos, abandonados o alejados de la práctica de la fe. Entregarse al servicio de los demás por amor a Cristo, olvidándose de sí mismo, es de tal eficacia que Dios lo premia con una humildad llena de alegría».
Al finalizar la Eucaristía, don José Rodríguez Carballo felicitó a los nuevos sacerdotes y les dijo que hagan de su vida una constante acción de gracias, a lo que añadió: «haced de vuestra vida como sacerdotes, una eucaristía, y no olvidéis nunca que estáis para servir.
Desde su ordenación diaconal los tres han venido realizando una experiencia pastoral en distintas parroquias de la archidiócesis, donde permanecerán ahora como sacerdotes, al menos hasta final de curso.
Martínez, quien ha estado en la parroquia de san José y de los Santos Servando y Germán de Mérida, destaca que en estos seis meses «He sido muy feliz, sobre todo por cómo me ha acogido toda la gente y los mayores de las tres residencias de ancianos que visito de vez en cuando, los enfermos, así como todos los sacerdotes de Mérida. Estos meses han sido para mí de aprendizaje, de crecimiento, de humildad».
Afirma que ha ido descubriendo muchos talentos que Dios había puesto en su vida y que desconocía. «Sé que todavía tengo mucho que aprender –dice-, pero no temo porque confío en Dios, cuento con su ayuda y también cuento con la ayuda de la gente que siempre está disponible para echarte un cable y la verdad es que se agradece mucho. Y sobre todo me siento profundamente feliz dentro de las dificultades».
Los tres conocen ya las parroquias a las que van a ser destinados. De momento, al menos hasta el final de curso, permanecerán en las que han estado durante su etapa de diáconos. Mora ha prestado su servicio en Olivenza, San Benito de la Contienda y San Jorge de Alor y cuenta que «Es una comunidad muy bonita, también un servicio muy bonito a las personas de la tercera edad, en las residencias. A lo que se suma el Colegio Parroquial de la Diócesis, uno de los colegios allí que es el Colegio de La Farrapa».
Los ya sacerdotes son conscientes de la nueva etapa que se abre ahora en sus vidas. Afirman tener mucha ilusión. Sánchez, que ha realizado su servicio como diácono en Burguillos del Cerro y Alconera, se alegra «de poder ofrecer ya, digamos, el servicio completo, hasta ahora celebraba la liturgia de la Palabra, solo algunos sacramentos y, a partir de mi ordenación, realizaré todo lo que puede hacer un sacerdote».
Martínez, reconoce haber estado un poco nervioso durante los últimos días. Afirma que no le gusta ser el centro de atención sino pasar desapercibido. «Al final me he abandonado en las manos del Señor y de hermanos que estaban dispuestos a ayudarme en todo lo que necesitaba y todo ello ha contribuido a que los momentos previos al sábado los viviera con paz, con alegría, con serenidad», declaró, según señala la web del arzobispado de Mérida-Badajoz.
Cada uno de los tres ha tenido una historia de vida y de fe completamente diferente a la de los demás, pero ahora, que miran para atrás, todos ven la mano de Dios en sus circunstancias.
Así Sánchez, manifiesta que llegar al sacerdocio «ha sido un camino largo de muchos tiras y aflojas con Dios. Ahora sí, ahora no, ahora en este sitio, ahora en este otro. Pero bueno, por fin llegamos al sitio, siempre fiándose de su mano y confiando en él. Al final hemos llegado a entregarnos de por vida», concluye.
La comunidad cristiana de Mérida-Badajoz celebra ya la entrega de estos tres nuevos sacerdotes y ora por su fidelidad y los frutos de su labor pastoral.
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