De izquierda a derecha Iván Martínez y Kevin Mora ARZOBISPADO MÉRIDA-BADAJOZ

El oliventino Iván Martínez ha sido ordenado diácono por el arzobispo D. Celso Morga

La ordenación se celebró el 1 de julio en la Catedral Metropolitana, con la asistencia de centenares de fieles y ochenta sacerdotes

Martes, 4 de julio 2023, 16:47

La Archidiócesis de Mérida-Badajoz ha ordenado a tres diáconos en la mañana del pasado 1 de julio, una circunstancia que no ocurría desde hace más de un decenio.

Monseñor Celso Morga ordenó a Iván Martínez, de 35 años y natural de Olivenza, a Kevin Mora, de 34 años de edad, procedente de Venezuela, y a Javier Sánchez, de 33 años y natural de Badajoz. La ceremonia se celebró en la Catedral Metropolitana con la asistencia de centenares de fieles y ochenta sacerdotes, según señaló el Arzobispado en su web.

Don Celso comenzó su homilía expresando la alegría por la ordenación de los tres nuevos diáconos porque «toda vocación es un milagro» dijo, al mismo tiempo que rogaba que todos «pidamos al Señor por su fidelidad y santidad». Don Celso animó a toda la comunidad diocesana a pedir al Señor que no nos falten sacerdotes.

En el último número de Iglesia en camino, los nuevos diáconos relataban su proceso vocacional y cómo afrontaban su ordenación. Iván afirmaba que su historia vocacional no es nada convencional. «Una vez que hice la comunión dejé de asistir a la Iglesia y estuve varios años pensando que debe existir 'algo' pero viviendo como si Dios no existiera«, refirió en dicha publicación. »En un momento determinado, ya con 25 años, empiezo a tener el anhelo de que alguien llene mi vida, que no lograba llenar con las cosas normales del mundo. Ese gran deseo que anhelaba era Dios, algo que descubrí por el testimonio de gente« añadió.

«A partir de ese momento, continuó Martínez, vuelvo a la Iglesia, entré en una comunidad del Camino Neocatecumenal en Zaragoza y allí, por medio de las celebraciones, de la liturgia, por lo que veo y oigo a los hermanos, voy descubriendo el amor de Dios, sobre todo, por medio de la oración y las Sagradas Escrituras».

Publicidad

«Poco a poco, señaló, va surgiendo en mí la pregunta de por qué no entrego mi vida para compartir esta grandeza: descubrir el amor de Dios en la vida, de cómo te transforma y te va liberando de las esclavitudes y te va plenificando porque te hace madurar y crecer». «Eso es lo que poco a poco me fue transformando y haciendo que acogiera con gozo y alegría la posibilidad de que Dios me llamara al sacerdocio hasta que finalmente entré en el seminario», añadió. «Durante mi etapa allí he tenido muchas dudas sobre mi vocación, pero esas dudas se disiparon cuando empecé a hacer una relectura de todo el proceso y descubro que cuando Dios me llama es precisamente en los momentos difíciles, en los que me capacita de fuerza y me llena de su gracia para poder perseverar» finalizó.

El diaconado está caracterizado por el servicio y precede a la ordenación como sacerdote. Algunas de las funciones del diácono son celebrar el sacramento del matrimonio, bautizar, realizar funerales sin eucaristía y predicar.

Publicidad

Desde ahora, y hasta que sean ordenados sacerdotes, prestarán sus servicios en diferentes parroquias. Iván lo hará en la parroquia de san José y de los Santos Servando y Germán de Mérida, Kevin irá a Olivenza, san Benito de la Contienda y san Jorge de Alor y Javier a Burguillos del Cerro y Alconera.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

PRIMER MES GRATIS. Accede a todo el contenido

Publicidad